Guía para Perplejos. Categorías Inferiores CWS
Surge el fantasma del efesio Heráclito para recordarnos que no existe lo estático y definitivo, que no hay ningún concepto universal de lo estacionario. Algo intuitivo, pero que conviene recordar de tanto en tanto, especialmente tras lo ocurrido este curso con las categorías inferiores del Club Waterpolo Sevilla.
Una temporada en la que se ha estado presente en todas las competiciones regionales de categorías, junto a otros cinco equipos (de los 17 con actividad de waterpolo masculino) pero en la que no se han reeditado los títulos que en los últimos años se venían consiguiendo. Solo el Juvenil ha llegado a las vitrinas esta temporada, quebrando una racha ininterrumpida de tres años donde todo caía en la bolsa merced a triunfos continuados. Por ello, algunos ajenos al club han llegado a preguntarse qué ocurre con las categorías inferiores.
Tal perplejidad es comprensible, aunque provocada por un lamentable error, puesto que la referencia para algunos era que el Club Waterpolo Sevilla ganara prácticamente todas las competiciones y, muy posiblemente, se haya mal acostumbrado al personal. Por suerte, dentro se tiene claro.
Ya tenemos aprendido que la posición del observador todo lo decide. Más aun. Si el criterio son los resultados finales en una clasificación, es natural que centrarse únicamente en el cuadro de posiciones finales en la temporada adolezca de simplificación. Es cierto que comprender un club desde fuera no es fácil. A algunos incluso les crea ansiedad atrapados en la incertidumbre. Porque, no solo es necesaria información, es preciso entender lo que significa medir trayectorias en sistemas de referencia situados en distintas coordenadas. No es intuitivo, hay que esforzarse.
Pero como ya lo hemos dicho repetidamente –véanse hemerotecas, blogs, notas, etc.- el Club Waterpolo Sevilla no vive de y para los resultados. Estos son la consecuencia de competiciones donde ocurren muchas situaciones, la mayoría incontrolables por jugadores y técnicos. Por esta razón, y presos del realismo, nunca se fijan objetivos de resultados, sino de procesos desarrollados. Y, como los ejemplos son lo más práctico veamos algunos:
Por primera vez en la historia del Club sus categorías inferiores han dispuesto diariamente de agua donde entrenar a Waterpolo. No calles de natación para nadar, «hacer piernas» o mover el balón sin molestar a los nadadores. Esto es sustancial para el trabajo de base porque a nadie se le ocurriría pensar que las escuelas de un equipo de baloncesto tuvieran bastante con entrenar en una pista de atletismo por aquello que los jugadores de baloncesto “corren”. Aquí el Ayuntamiento de Sevilla ha sabido ponerse del lado del Waterpolo y es justo reconocérselo, especialmente en los Centros Deportivos Municipales de Tiro de Línea e Hytasa. Hay que seguir avanzando, pero en el contexto actual de las piscinas de Sevilla esto cobra más relevancia.
Igualmente, ha sido esta la temporada en la que el Club Waterpolo Sevilla ha competido con los equipos más jóvenes de toda su historia, en todas las categorías. Para un Club que siempre ha sido el de menor edad en competición, es significativo. Así, por ejemplo, ha sido la temporada en la que los infantiles han participado con una edad alevín (no llega a doce años de promedio, renovándose al 60% el equipo respecto a la pasada temporada) Algo semejante ha ocurrido con los cadetes (13 años de promedio, renovándose el equipo en un 70% respecto al curso pasado) Juveniles y Júniors en la misma línea. ¿Es que no había equipos de la edad? Si. En efecto, los había; pero ahí está precisamente el cambio de coordenadas. Era el año en el que tocaba transformar a los equipos, el momento propicio para sentar nuevas bases de futuro, aprovechando las disponibilidades de agua, los nuevos entrenadores, los cambios técnicos y las altas de jugadores para consolidar equipos que vayan creciendo juntos, técnicos inclusive. Que se haya hecho a costa de no obtener títulos es buena inversión. Victorias ya hay bastantes en la vitrina: 23 de los 28 títulos disputados en ocho temporadas.
No es menor la importancia de estas decisiones si conjugamos en futuro, si queremos que este proyecto tenga larga trayectoria. Porque, como todos en el Club Waterpolo Sevilla conocen, ningún mayor le va a cerrar el paso a un jugador de menor de edad. Lo saben los jugadores, acostumbrados a jugar en una, dos y hasta tres categorías por encima de la suya. Son decisiones que se aprenden haciéndolas (no escuchándolas o leyéndolas) como diría Confucio.
El ejemplo más claro está en el equipo B, que disputa la Liga Territorial Andaluza Senior de 1ª División. Un filial por donde han pasado, en sus cuatro años de historia, un total de 52 jugadores (27 de promedio por temporada) y donde solo el 15% era senior. ¿Hay que medir a este equipo por sus resultados? Si es así, dos veces ha sido cuarto, una tercera y otra quinto en la Liga; además de una Campeón de Copa y otra Subcampeón. Sin embargo, no lo es para nosotros. Ha sido, y es, más importante, comprobar la evolución de un equipo que disputa una liga senior con un promedio de edad de 17 años, donde el peso lo tienen los jugadores de edad juvenil (ocho de ellos llevan jugando cuatro años juntos y diez, tres temporadas) debiendo hacerlo ahí para explorar su potencial de desarrollo y comprobar límites y posibilidades, provocando situaciones de mayor exigencia física, técnica y táctica para facilitar su crecimiento.
Es sabido que las matemáticas describen excelentemente la manera como medimos la realidad, aunque no la explica. Nosotros no hacemos números basados en resultados (hacemos muchos otros) porque estos no son la realidad. Son solo apariencia, ficción que algunos no entienden.
Por ello, no hace falta profundizar en la teoría de la relatividad especial de Einstein para saber que el punto de referencia del observador es clave para valorar, no ya el espacio, el tiempo o la masa, que no es el caso que nos ocupa, sino el trabajo realizado con los jugadores y la calidad de las situaciones creadas para potenciar su madurez como deportistas. Porque, al igual que existen ecuaciones que explican el movimiento browniano –en apariencia errático y caótico- no digo algoritmos, pero sí buenas razones hay para entender hacia dónde va el Club Waterpolo Sevilla.
En eso estamos…