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Liga Nacional vs CN Montjuic (29/04/2006)

7ª Jornada (Segunda Fase) Barcelona 17:00h. 29.04.06
C.N. Montjuic 5-5 C.W. Sevilla-EMASESA
Parciales: 4-2, 0-2, 0-0, 1-1
Tanteo: (1-0, 1-1, 2-1, 3-1, 4-1, 4-2) (4-3, 4-4) (4-4) (5-4, 5-5)
Superioridades: C.N. Montjuic (1/5) C.W. Sevilla-EMASESA (1/8)
Penalties: C.N. Montjuic (1/3) C.W. Sevilla-EMASESA (1/1)
Árbitros: J. Fernández y J.C. Colominas (Cataluña)
Espectadores: 113
Alineaciones:
C.N. Montjuic: S. Navarro, R. Navarro, Canovas (3) X. Marmol, Hidalgo, Vial, Pajuelo (1) Caamaño, Sanz, Álvarez, R. Marmol (1) Brugarolas
C.W. Sevilla-EMASESA : Andrés Rosa, Asencio (1) Alcaraz, Cañizares, A. Carmona, Duque (1) Andrés García, Almazán, JA Millán (2) Rabaneda (1) Tardío, Espinosa
Desarrollo del Partido:
Venimos reiterando en estas crónicas la igualdad reinante en los partidos disputados esta temporada, especialmente en la segunda fase de la Liga. Igualdad que suele resolverse en los instantes finales del último cuarto, y que acredita un waterpolo de esfuerzo físico y tesón psicoplógico hasta la bocina. El del pasado sábado, que enfrentaba al Club Natación Montjuic y al Waterpolo Sevilla, además de tales atributos, incluye el del empate final. Por ello, el resultado 5 a 5 que reflejaba el luminoso al acabar el encuentro nos lleva a plantear lo que ha venido en llamarse “teoría del empate”. Desde un punto de vista tradicional, el empate viene a significar igualdad total, mantenimiento del status quo, finalización sin resultado (¿qué partido se plantea sin buscar la victoria?) En suma, frustración por cuanto supone de fracaso en las expectativas de éxito. Así, el reparto de puntos simboliza todo aquello que de negativo tiene la competición deportiva: “todo sigue igual” viene a ser el relato del partido.
Pero desde otro punto de vista, algunos se atreven a proponer una teoría revisionista del empate. Frente a la perspectiva sincrética definida con anterioridad, el empate adquiere otros significados cuando consideramos las sensaciones que deja en los equipos o el contexto en el que se produce. Si en la teoría clásica nadie queda contento con un punto (más aun en una liga con victorias de tres puntos) en la teoría revisionista siempre es más apreciado un empate a domicilio que en casa; un empate conseguido gracias a un gol propio casi al finalizar el partido que al contrario, un empate que te mantiene vivo que otro que te descarta (en esto se parecen a las victorias) Más aun, el empate permite analizar el encuentro con mayor profundidad, valorando acciones falladas o exitosas, momentos clave y decisiones afortunadas o desafortunadas. En fin, posibilita aprender de los partidos con mayor validez que las victorias (en esto los empates se asemejan a las derrotas) o, como diría el refrán, “el que no se consuela es porque no quiere
Por otro lado, si alguien pensaba que un sábado de farolillos, el Club Waterpolo Sevilla iba a modificar sus patrones de juego estaba equivocado. La falta (por sanción) de Lastres -boya titular y máximo goleador del equipo- obligó a adoptar otros movimientos. La piscina de 30 metros (aun no ha perdido este año con estas dimensiones) a otro tanto. Por su parte, el Club Natación Montjuic fue fiel a sí mismo y marcó el partido con una defensa viril, ataques muy pausados, rozando el crono de 30’’ y pendiente más de bajar que de resolver el ataque. Es el equipo menos goleado de 1ª División, lo que dice mucho y bien de su defensa.
Con estos planteamientos, el partido, del que solo podemos hablar de igualdad en el resultado final, transcurrió en dos etapas bien diferenciadas, especialmente para los de Montjuic. Su salida en el primer cuarto fue fulgurante. El parcial de 4 a 2 con el que acabó refleja claramente la velocidad impuesta y las ganas de resolver pronto dispuestas en el agua por los locales, que tuvieron a su favor dos superioridades (solo una conseguida) y dos penalties (solo uno de ellos marcado y detenido por el portero visitante el otro) Pero ahí debió acabar la pólvora de los de la montaña. Todo podría haber cambiado si no lanzan fuera un tercer penalti con el que los árbitros sancionan a los visitantes en el 6’58 del segundo cuarto. Quizás tantas ganas pasan factura y los locales no marcan gol en dos tiempos y solo hacen uno más en el 6’50 del último cuarto. Pajuelo engancha un fortísimo chut desde más allá de siete metros y bate al meta Rosa poniendo el 5 a 4 favorable. Hasta ese momento, habían desaprovechado hasta cuatro superioridades con lanzamientos al poste o detenidos por el portero visitante.
Por su parte, los de San Pablo no se arredan tras el 4 a 2 inicial, y en el segundo cuarto empatan el partido gracias a los goles de Asencio (en la única superioridad con éxito) y Millán. El partido, que había sido espeso y marcado excesivamente por la piscina de 30 metros que todo lo enlentece, acaba en un tercer cuarto sin goles, donde ninguno de los equipos aprovecha sus superioridades y contragolpes y la virilidad se manifiesta por encima y por debajo del agua.
El último cuarto sigue la tónica del tercero. Los visitantes tampoco aprovechan su única superioridad. Los locales logran el gol ya mencionado por Pajuelo y el partido parece encaminarse hasta la bocina con victoria de los de Montjuic. Pero en el 1’48 los árbitros consideran penalti un agarrón en la boya sobre el visitante Andrés García y Duque lo transforma. Restaba un minuto largo de juego y, aunque ningún equipo perdió el empaque a pesar del desgaste de todo el partido, no hubo resultados.
Tras la igualdad en el marcador ninguno de los equipos certifica sus aspiraciones de ascenso a División de Honor. Con la victoria cualquiera de ellos tomaría la iniciativa, con la derrota quedarían descartados. Pero que cada cual saque sus propias conclusiones: es el beneficio de la teoría “revisionista” del empate.
Y desde aquí nuestra más sincera felicitación al Club Natación L’Hospitalet; con su victoria del fin de semana pero, muy especialmente por su gran temporada, el año que viene militará en la División de Honor.

Más información en www.waterpolosevilla.com